Una extensa trayectoria y compromiso gremial posee la matrona María Javiera Carrera Peña en el Colegio de Matronas y Matrones de Chile, ColMat.
Recuerda que su primer cargo como dirigente fue el de Tesorera Nacional, en 1994, bajo la presidencia de Leticia Lorenzetti. Al año siguiente, postuló al Regional Santiago a trabajar como una matrona más que quería aportar al gremio. Posteriormente, se le solicitó que fuera Secretaria, pero con los años asumió la tesorería a través de varias directivas. Entre el 2016 y 2018 resultó electa como Presidenta del Regional Metropolitano, y fue Directora Nacional entre el 2019 al 2020.
Después de un par de años sabáticos, regreso a su mismo regional en el 2022 para asumir la Secretaria del Regional Metropolitano, y hoy acaba de asumir la presidencia ya que la ex Presidenta renunció al cargo por razones personales. Comenta que esta nueva destinación representa “grandes desafíos porque han existido muchos problemas que aún no están muy resueltos”.
Durante muchos años, Javiera Carrera trabajó en varios Cesfam de la Región Metropolitana como matrona clínica. Hoy se desempeña como Docente en la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad SEK formando a futuras matronas. Con orgullo cuenta que hoy tiene en su currículum una Licenciatura y Magíster en Educación.
–¿Por qué a usted le ha interesado participar como dirigente en el Colegio?
-Creo que he sido dirigente como una manera de reemplazar mi participación en un partido político, porque siento que aquí sirvo también a la sociedad, defendiendo la profesión, que tengamos condiciones más dignas y que seamos mejor representadas ante el sistema público y privado ante lo que son nuestras actividades profesionales. También que exista una propensión que el individualismo no conduce a nada. El promover en el colegio que más matronas puedan capacitarse con mejores condiciones, eso es lo que más me mueve, ser realmente participativa de formar una comunidad con un tejido social que comprenda lo que es la Matronería.
Somos una profesional que está en una distribución geográfica presente en todo Chile. En ese sentido, veo que existe la posibilidad de ser escuchadas, a través de otros colegios profesionales, de instituciones públicas que hacen las leyes. El Colegio de Matronas -por muchos años- bregó, trabajó, para obtener el bono para las matronas, porque de alguna forma estamos disminuyendo la consulta de otros profesionales de la salud. También tiene que ver que -cada vez- son más los deberes, pero eso no trasciende al sistema privado, porque eso significa un pago adicional. Además, quiero recalcar que nosotras tenemos las tres atribuciones: emitir licencia, prescribir una receta, hacer ecografías, pero además de eso podemos hacer un diagnóstico. Los médicos, los dentistas y las matronas somos los únicos que tenemos esas tres atribuciones.
Por último, pienso que el desarrollo de la profesión ha ido en consonancia con los tiempos, porque desde que se formó la primera Escuela de Obstetricia en Chile, en 1834, por el Doctor Lorenzo Sazié, el país delimitó qué es lo que tenía como política pública necesaria, y eso no ha cambiado hasta ahora. En un primer momento, fue la salud matermo-infantil, pero hoy es la salud sexual y reproductiva que atiende a toda la comunidad.