En bicicleta. Mediante ese medio de transporte, la joven Ema Osorio Petrich recorría poblaciones y villorrios para atender a sus usuarias. Corrían los años 50s y Ema estaba haciendo su práctica en el hoy viejo hospital de su natal Punta Arenas. En aquella época, las matronas hacían todo, solo el médico asistía cuando se trataba de una cesárea.
Titulada en la Universidad de Chile, Ema estudió Obstetricia entre 1943 y 1945, con una experiencia que relata como “inolvidable”. Dedicada desde siempre a la Salud Pública, la Matrona hizo sus primeros pasos en diversos policlínicos de la región, hoy conocidos como los Cesfam. Además, Ema exhibe el récord de ser la primera matrona en trabajar en planificación familiar en Punta Arenas.
Relata que, en el caso que le tocaba asistir partos para personas con mayores recursos, doña Ema le pedía a esas familias adineradas la ropa de esas guaguas para repartirlas entre las familias más vulnerables de Punta Arenas.
También tuvo una carrera como dirigente gremial que le significó pasar 6 meses de prisión, cuando la noche oscura de la Dictadura Cívico Militar se dejó caer con todo el peso del horror en nuestro país.
A sus más de 100 años de vida (nació un 14 de septiembre de 1913), Ema Osorio está más lúcida que nunca para contar sus historias que están colmadas de plena sabiduría. Para el último 8M fue noticia nacional, cuando el periódico “Las Últimas Noticias” la inmortalizó en una de sus páginas.
Ema, feminista de toda la vida, con o sin silla de ruedas, no se pierde las marchas del Día Internacional de la Mujer. Cuenta que su madre fue una visionaria porque la mandó a estudiar a ella y su hermana a Santiago. Los comentarios de la época no eran para nada agradables porque señalaban que solo vendrían a la capital a “prostituirse”. Así, toda la familia que cobija a Ema Osorio Petrich proviene de un gran matriarcado. Hoy, ya son 4 generaciones de profesionales. Agrega que siempre las mujeres han sido muy fuertes en su familia. Aquí contamos parte de su historia…
-¿Cómo fue su experiencia de estudiante de Obstetricia?
– Fue muy bonita. Éramos un grupo de internas muy maravilloso para convertirnos en matronas.
-¿Cuál fue su primer trabajo como Matrona?
-En Punta Arenas, porque yo nací allá. Mi madre era Croata y mi padre hijo de suizo.
-¿Se acuerda del primer parto que le tocó asistir?
-El primer parto fue en la escuela de Obstetricia, porque teníamos que hacer 6 meses de práctica en parto. Tuve la suerte que fue uno normal.
-¿Qué es la Matronería para Usted?
-Es lo más maravillo que existe. Es una de las profesiones que da más placeres en el mundo, porque estar al lado de una mamá, de un papá, recibir un bultito chico que les da la alegría más grande a sus padres es impagable porque con cada parto se tiene una satisfacción.
-¿Cuál sería el mensaje para las nuevas generaciones que hoy están estudiando y que en el futuro serán matronas o matrones?
-Para ser matrona hay que tener un buen carácter porque una tiene que tener la empatía suficiente para atender y saber cómo es cada persona.
-En los tiempos que Usted comenzó a ejercer, ¿cuáles eran los temas que se hablaban en ese momento?
-Teníamos el problema de no contar con el suficiente personal para atender a las personas. En esos tiempos, en el antiguo hospital de Punta Arenas, solo había dos matronas para toda la región. Trabajé 8 meses ad honorem. No me querían mucho al principio. Las matronas solo iban en las mañanas, pero se dio el caso que yo vivía frente al hospital, así que siempre estaba disponible.
-¿Por qué optó siempre en trabajar en la salud Pública?
-Siempre fui muy comunicativa y mus amistosa. Me gustaba trabajar con distintos grupos y también desarrollé un trabajo con la Sociedad Suiza. El contacto permanente con la ciudadanía es muy importante para las matronas.
-¿Cuándo se jubiló o una matrona nunca se jubila?
-Nunca nos jubilamos, pero en mi caso me jubilaron. La ley hizo que me jubilaran tempranamente cuando todavía sentía que podía aportar más.
-¿Por qué usted participó en la marcha del 8M?
-Es por el hecho que todas las mujeres luchen por su libertad y sus derechos. Ver esa gran cantidad de mujeres luchando en las calles, por eso fui.
-¿Se declara feminista?
-Por supuesto. No cabe, ninguna duda, toda la vida feminista. Es un derecho que tenemos las mujeres. ¿Por qué los hombres no van a privar de nuestros derechos? Ha existido mucho tiempo el patriarcado que solo se trataba lo de hacer lo que los hombres querían, y no, por ningún motivo, somos también seres humanos y con derechos.
-¿Cuál fue su mejor anécdota en la Matronería?
-Es un caso especial. Hace más de 40 años, era un día muy nevado en Punta Arenas en invierno, llega a mi casa un hombre humilde, me dice: señora, yo le voy a contar mi problema. Me tengo que embarcar hoy en la noche, soy casado, tengo 5 hijos. Mi señora está embarazada y, en estos momentos, nacerá nuestro sexto hijo. Sin embargo, mi señora no podrá ir al hospital y yo le vengo a pedirle que usted vaya a la casa a atender a mi señora. Tengo el problema que si no embarco, no tendré dinero para pagar sus servicios.
Fui a su casa, su señora ya estaba con dolores parto, y le dije que sí la atendería. No tenían nada, ni siquiera algodón, lo que hice fue empezar a hervir trapos, a la antigua, y le dije vaya a embarcarse, porque yo me hago cargo de todo. Así que me quedé a cargo de toda una familia. Todo salió bien. Pasaron unos 8 o 10 días, llega a mi casa este caballero a pagarme. Y yo pensé: el pobre como sea se arregla. Una persona con plata no le hubiera importado nada.