Más de la mitad de los estudiantes de ocho carreras de la salud del país ha pensado en congelar o abandonar su carrera producto de la pandemia, mientras una tasa similar acusa un impacto psicológico importante en su vida a causa de la crisis sanitaria que afecta al país. Estas son parte de los reveladores resultados de una encuesta efectuada entre mayo y junio recién pasado a más de 22 mil alumnos universitarios de todo el país.
El estudio fue realizado por la Asociación Nacional de Estudiantes de la Salud (ANAES), integrada por la Asociación de Estudiantes de Obstetricia de Chile (ADOCH); Asociación de Estudiantes de Odontología (ADEO); Asociación de Estudiantes de Fonoaudiología de Chile (AEFOCH); Federación Nacional de Estudiantes de Kinesiología (FENEK);Federación Nacional de Estudiantes de Tecnología Médica (FENETEM); Asociación de Estudiantes de Terapia Ocupacional de Chile (ASETOCH); Asociación Nacional de Estudiantes de Medicina Veterinaria (ANEVET) y Federación Nacional de Estudiantes de Nutrición y Dietética de Chile (FENUD Chile).
La encuesta demostró, entre sus principales conclusiones, que el 50% de las familias de los alumnos y alumnas se ha visto afectado sustancialmente en la disminución de sus ingresos desde que se inició la pandemia, mientras que un 32,8% dice sufrir sólo parcialmente este fenómeno. Consultados lo estudiantes si ellos trabajan, solo un 16% dio una respuesta positiva, pero de éstos un 86% dice verse afectado por la crisis.
Respecto de los estudios, un 44% considera “regulares” las clases on line, mientras que un escaso 2% las considera “óptimas”. Pese a la baja calificación, el 64% considera que tiene sobrecarga académica, aún mayor que con las clases presenciales, y un 94% informa que tiene suspendidas las actividades clínicas (prácticas/internados), mientras que un 81% acusa no tener una simulación on line para suplir esa falta de actividad académica práctica.
En cuanto a la permanencia en la carrera, 62% respondió que ha considerado abandonar o congelar sus estudios, y de esas respuestas, 37% argumentan causas psicológicas, seguido de las académicas (29% ) y socioeconómicas (28%). En tanto, un 73% considera que el año o semestre debería ser anulado.
Finalmente, se evaluó la salud mental de los estudiantes encuestados, donde un preocupante 69% señala sentirse triste continuamente o la mayor parte del tiempo, mientras que un 59% dice sentir que se siente más desanimado de su futuro que antes. Además, los sentimientos de culpa afloran en distintas formas en un 57%, un 83% dice sentirse más irritable en diversos grados, un 49% acusa alteraciones en el sueño y un 44% incremento en los hábitos alimenticios.
REACCIONES
Para la secretaria general de la ADEOCH, Paola Canales Verdugo, estos resultados no los sorprenden. “La verdad se confirman varias nuestras percepciones que hemos tenido con la conversación con nuestros compañeras y compañeros, de que en general el estudiantado lo está pasando mal con la crisis sanitaria, no solo en lo económico y académico, sino que también en lo emocional. La carga académica se sobrecargó, se desordenó en los horarios, y está generando ansiedad y angustia. Nadie colabora, ni la universidad ni la autoridad para enfrentar esto que está pasando”, acotó.
Exequiel Venegas Morales, en representación de la mesa interina de FENEK, mencionó que “acá tenemos estudiantes que son madres y padres (6% – 1370), cuidadoras y cuidadores (40%) de niños, adultos mayores y personas con distintas enfermedades, no deben ser catalogados como casos especiales, son compañeras y compañeros que llevan un cargo extra a todas sus responsabilidades, no están para rendir al 100%. Esta carga adicional sobre les estudiantes y sus familias direccionan al colapso de su funcionamiento. Si antes los determinantes sociales de la salud estaban impactando negativamente la condición de las personas en general, hoy se ve aún más grave esa situación”.
Sobre lo mismo, Luisa Herrera Bustos, presidenta de AEFOCH, dijo que “lo más complejo que hemos visto es que muchos estudiantes quieren congelar e incluso abandonar la carrera. Para ellos este 2020 es un año perdido, que no vale la pena sacar adelante académicamente, porque las clases virtuales no son óptimas, porque sus campos clínicos no se están realizando y porque las universidades no están ofreciendo un apoyo concreto. Ha habido mucha atención de la autoridad ministerial sobre los otros ciclos de educación, pero de la educación superior, poco y nada”.
Finalmente, la presidenta del Colegio de Matronas y Matrones de Chile, Anita Román Morra, señaló que solicitarán una reunión al ministro de Educación, Raúl Figueroa, para exponer estos resultados y exigir un mayor compromiso de la autoridad con las carreras universitarias, en particular con las de salud. “Hemos visto a un Gobierno ausente en esta materia. Entendemos el contexto y las prioridades, pero este estudio nos revela que 22 mil familias en Chile están sufriendo y mucho, porque no vislumbran un futuro óptimo para la continuidad de sus estudios”, recalcó.
Puedes leer el informe completo AQUÍ