Al finalizar el 33 Congreso de la ICM, en Bali, su nueva Presidenta, Sandra Oyarzo Torres se dirigió  a las matronas y matrones de los cinco continentes:

“Buenas tardes a todos, estimados colegas, compañeras matronas, estudiantes de matronas y a todos nuestros socios.

Me gustaría comenzar con un gran agradecimiento por acompañarme en esta ocasión trascendental en la que clausuramos el congreso y nos embarcamos en un nuevo capítulo para la Confederación Internacional de Matronas.

Como Presidenta recién elegida, me presento hoy ante ustedes con un profundo compromiso con los principios de justicia, equidad, diversidad e inclusión que guiarán nuestro viaje colectivo hacia un futuro mejor.

Ante todo, reiteramos nuestra inquebrantable creencia en el valor de las matronas. Reconocemos y celebramos la inconmensurable diferencia que marcan las matronas en la salud y el bienestar de las mujeres y las personas con diversidad de género y de los recién nacidos de todo el mundo. En la ICM, apoyamos a las asociaciones de matronas para que apoyen a las matronas, lo que a su vez proporcionará unos cuidados directos muy necesarios a la población mundial.

Unidos somos más fuertes. Trabajaremos juntos para hacer frente a los retos que tenemos por delante. Es hora de abordar la brecha salarial de género en la partería. Las matronas son mujeres, como las mujeres a las que servimos, y como mujeres a menudo se las pasa por alto y no se les paga como deberían. Es injusto e inaceptable que persistan estas disparidades en nuestra profesión. Trabajaremos sin descanso para superar este obstáculo y garantizar que todas las matronas reciban una remuneración justa por sus conocimientos, experiencia y dedicación. Lograr la igualdad salarial no es sólo una cuestión de justicia, sino también crucial para atraer y retener a matronas con talento dentro de nuestra fuerza de trabajo.

Para abordar las complejas cuestiones que tenemos por delante, debemos forjar una coalición y un movimiento de matronas fuertes. Si formamos un frente unido, podremos amplificar nuestras voces, abogar por el cambio y fomentar un entorno que favorezca el crecimiento, la colaboración y la innovación. Nuestro poder colectivo reside en reconocer y aceptar la diversidad de las matronas, en todas las culturas, orígenes y contextos. Juntas, somos un puente que conecta diferentes perspectivas y experiencias, y facilita el intercambio de conocimientos, lo que en última instancia conduce a la mejora de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y los recién nacidos.

A medida que avanzamos, debemos adoptar el uso de las nuevas tecnologías. Los avances tecnológicos tienen el potencial de revolucionar los cuidados de partería, permitiéndonos ofrecer servicios más precisos, eficientes y accesibles. Desde las soluciones de tele salud hasta las plataformas digitales, tenemos la oportunidad de llegar a las mujeres incluso en los entornos más remotos o difíciles, incluidos los entornos humanitarios y frágiles. Debemos aprovechar estas herramientas para garantizar que nadie se quede atrás y que todas las madres y recién nacidos puedan acceder a la atención que merecen. Sabemos que la partería es un modelo de atención sostenible, a menudo atrapado en sistemas sanitarios insostenibles. Debemos reconocer el poder de los modelos de partería y su contribución a la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.

Las matronas son una solución a la espera de inversión. Cuando se financian y aplican adecuadamente, los modelos de partería pueden satisfacer las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres, reducir la mortalidad materna y neonatal y mejorar el bienestar general de las comunidades. En ICM presionaremos para que se invierta y para que la partería SE OIGA. Para ello debemos escuchar activamente y responder a las demandas de las mujeres, reconociendo su capacidad de acción y sus derechos humanos a tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y sus vidas.

Para construir una base sólida para el futuro, debemos reforzar la formación, la regulación y las asociaciones de matronas. Necesitamos programas educativos integrales y basados en pruebas que doten a las matronas de las habilidades y los conocimientos necesarios para proporcionar una atención segura, holística y culturalmente sensible.

En nuestra lucha por la cobertura sanitaria universal, tenemos el firme compromiso de no dejar a nadie atrás. Nuestros esfuerzos colectivos deben dirigirse a crear entornos de trabajos inclusivos y propicios, en los que las matronas puedan prosperar y ofrecer cuidados de calidad. Imaginamos un futuro en el que las matronas sean reconocidas como contribuyentes esenciales a los sistemas sanitarios de todo el mundo, y en el que se dé prioridad a su bienestar y autocuidado.

Antes de terminar, quiero agradecer de todo corazón a cada uno de los miembros de la Junta saliente su valentía y compromiso para llevar a cabo los cambios en la gobernanza de la ICM, para que se escuchen las voces de las matronas de otras regiones del mundo. Independientemente del idioma de nuestro país, en la ICM tenemos un idioma común: el «lenguaje de las matronas», la pasión, el amor, el respeto, el poder, los derechos humanos, la compasión, el compartir, la inclusión, la paz, todo lo que hemos escuchado durante estos días.

Por último, me gustaría reconocer y honrar a los estimados miembros de la nueva junta que nos guiarán en el futuro.

Juntos, con su gran experiencia, conocimientos y dedicación, trazaremos el camino hacia una profesión de matrona más fuerte y visible.

Avancemos con determinación y una visión compartida. La partería es un brillante faro de esperanza, con el liderazgo y la inversión adecuada tenemos el potencial de transformar la vida de las mujeres y las niñas y dar a cada recién nacido del planeta el mejor comienzo en la vida.

Muchas gracias”.