El lunes 06 de julio, en horario prime, se exhibió por las pantallas de Chilevisión y CNN Chile un reportaje que promovía el llamado “parto en casa”, argumentando que se estaba volviendo una opción confiable para mujeres que, por temor a un contagio por Covid-19, no querían recurrir a un centro asistencial.
Queremos aclarar algunas imprecisiones que se plantean en dicho reportaje. Primero, afirmar que existe un incremento por una supuesta inseguridad de las futuras madre no se condice con los más de 20 mil partos mensuales que se atienden actualmente en las instituciones de salud. Además, asegurar que hay un incremento de partos en casa da la falsa sensación de seguridad de una actividad como si ésta estuviera reglamentada, lo que no es efectivo; es una labor sin regulación ni control de la autoridad sanitaria.
En situación de pandemia, las gestantes que acuden a algún hospital o clínica se encontrarán que los resguardos para evitar contagios sí están implementados. Es más, los accesos a maternidad y urgencia ginecológica se hacen en forma separada de los ingresos para pacientes sospechosos de contagio o contagiados de Covid-19, por lo que los riesgos se disminuyen.
Creemos que el rol de los medios de comunicación es también informar responsablemente, así como también educar a la población. El parto en casa es de riesgo y no es recomendable, ya que ante una emergencia obstétrica cada minuto es valioso, y un traslado tardío a un centro asistencial puede llegar a ser fatal.
Distinto es respaldar los partos respetados o humanizados, que nosotros adscribirnos decididamente y donde hemos organizado hasta Congresos Internacionales sobre la materia. Es deber de la autoridad ministerial fomentar que se vayan creando nuevas salas integrales de parto, ya que hoy solo algunos hospitales que cuentan con estos espacios. Esperamos que terminada esta pandemia sigamos trabajando con la autoridad en este cambio de paradigma de respeto al proceso del nacimiento.
Por último, lamentamos que en este reportaje no haya existido una contraparte que diera una visión distinta, salvo una pequeña mención sin entrevista de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, SOCHOG. Hubiera sido ideal una consulta a este Colegio, donde claramente habríamos explicado que este tipo de prácticas no están protocolizadas por la autoridad sanitaria.
Como gremio, que tiene más de 185 años de historia, que ha sido ejemplo para América Latina por sus buenos indicadores maternos y perinatales y que hoy tiene por primera vez en la historia a una matrona como vicepresidenta de la principal organización mundial de matronería, no nos queda más que enfatizar que no podemos avalar prácticas que no garanticen la seguridad sanitaria de las gestantes chilenas.
Colegio de Matronas y Matrones de Chile
Santiago, 08 de julio de 2020